Se despiden de docente hallado sin vida en faldas de la Malinche
julio 9, 2025
Queridos alumnos, apreciables familias, estimados maestros, y público en general:
Hoy nos encontramos aquí, en el corazón de nuestra comunidad escolar, unidos por un dolor que nos atraviesa a todos. El 4 de julio, la incertidumbre nos invadió con la desaparición de un colega, un amigo, un maestro que dejó una huella imborrable en nuestras vidas. Hoy, esa incertidumbre se ha transformado en una tristeza profunda y desgarradora al confirmarse su partida.
Es inevitable sentir un nudo en el pecho, una opresión en el alma. La incredulidad se mezcla con el enojo, la tristeza con la impotencia. ¿Cómo asimilar la ausencia de alguien que hasta hace tan poco compartía con nosotros risas en los pasillos, enseñanzas en las aulas y momentos de compañerismo?
Para nuestros alumnos, esta pérdida es incomprensible. Él no solo era un profesor; era un guía, una fuente de inspiración, y para muchos, una figura de apoyo en sus vidas. Sé que hoy sus mentes están llenas de preguntas y sus corazones de una tristeza que parece no tener fin. Quiero que sepan que es normal sentir lo que sienten. Permítanse llorar, permitan que la rabia o la confusión se manifiesten. Estamos aquí para acompañarlos en este doloroso camino.
Para su familia, a quienes hoy abrazamos con toda nuestra fuerza, sabemos que ninguna palabra puede aliviar el abismo que se ha abierto. Él era su pilar, su compañero, su hijo, su hermano. Compartimos su duelo y les ofrecemos nuestro más sentido pésame, así como nuestro apoyo incondicional en este momento tan difícil.
Para nosotros, sus compañeros maestros, hoy la sala de profesores se siente vacía. Se extrañará su voz, su sabiduría, su compromiso inquebrantable con la educación. Él nos recordaba día a día la nobleza de nuestra profesión y el impacto que tenemos en la vida de nuestros estudiantes. Su legado profesional y humano perdurará en cada lección que impartió y en cada vida que tocó.
Y para el público en general, esta tragedia nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar a cada individuo. Nos invita a reflexionar sobre la necesidad de construir una sociedad donde la paz y el respeto sean los pilares fundamentales.
Hoy, en medio de este dolor, es fundamental que nos aferremos a los recuerdos que nos dejó. Recordémoslo con esa pasión que lo caracterizaba, con la dedicación que ponía en cada clase, con la sonrisa que iluminaba su rostro. Recordémoslo no por la forma en que nos fue arrebatado, sino por la vida que vivió y por el impacto positivo que tuvo en todos nosotros.
Esta pérdida es una herida profunda para nuestra comunidad. Nos tomará tiempo sanar, y está bien. Lo importante es que lo hagamos juntos, apoyándonos mutuamente y honrando su memoria a través del amor, el respeto y la perseverancia que él nos enseñó. Que su recuerdo sea un faro que nos guíe y nos impulse a seguir adelante, haciendo de esta escuela un lugar donde su espíritu de dedicación y amor por el conocimiento viva por siempre.
Descanse en paz, querido profesor. Siempre lo recordaremos.
Alfredo Flores.