“Último Adiós al Papa Francisco: El Ritual del Cierre del Ataúd”

Mañana por la noche se cerrará el ataúd en el que reposan los restos mortales del papa Francisco. Se hará en presencia del camarlengo, del arcipreste de la Basílica de San Pedro, el cardenal que era secretario de Estado, el vicario para la Diócesis de Roma, el sustituto de la Secretaría de Estado, el regente de la Casa Pontificia, el Limosnero de Su Santidad, el Vice Camerlengo, los canónigos de la Basílica de San Pedro, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, los ceremonieros pontificios, y los parientes del difunto papa. Todos los clérigos vestirán hábito coral.

Al inicio, el camarlengo se dirigirá a los presentes con unas palabras. Tras ello, S.E.R. Mons. Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas leerá el texto de una “Rogitio”, un documento en el que se narra la vida del pontífice.

Cuando concluya la lectura, se cantará el Cántico de Zacarías, el Benedictus, para recordar que nos visitará el sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en las tinieblas y en sombra de muerte. Después, el Camarlengo rezará una oración.

Concluida la oración, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas del Santo Padre, colocará un velo de seda blanca sobre el rostro del difunto. Después, el camarlengo aspergeará el cuerpo del papa. Tras ello, el maestro de las Celebraciones introducirá en el ataúd una bolsa con monedas acuñadas durante el pontificado de Francisco y un tubo en el que se enrolla la Rogitio que está sellado con el sello de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas. Después, se cerrará el ataúd mientras se canta el salmo 41.

El ataúd será introducido en un féretro de zinc, en donde estará grabada la cruz, el escudo del papa Francisco y una placa con el nombre del pontífice, la duración de su vida y de su ministerio petrino. El féretro de zinc será soldado y se imprimirán los sellos del cardenal camarlengo, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice y del Capítulo Vaticano.

Finalmente, el féretro de zinc será introducido en uno de roble, que será cerrado. En la tapa de éste estará grabada una cruz y el escudo de Francisco.